Es normal que a veces
se nos rompa el alma
y se escapen las esperanzas,
que el aire no alcance
y la luz no abrace.
Que lo gentil sea falso
y las risas encarne diablos.
Es normal no creer
en el mundo perfecto,
mirar el abismo sin lanzarse.
Sentirnos egoístas, envidiosos, cobardes.
Dejarnos atrapar por el miedo,
pasar una noche en vela preocupados por el mañana.
No creo en los vendedores de felicidad,
no creo en la vida sin pesares,
sin arrugas, sin dolor
sin ausencias.
Es normal que a veces se nos rompa el alma y nada nos resuene...
Irma Cristina Cardona